lunes, 1 de febrero de 2010

Y es que no es una cita...es LA CITA

¿Te gustará? ¿Le gustarás?
Acudes nerviosa a la cita, no sabes como va a ser. Estás en un sinvivir. Tienes el pulso acelerado, notas como el corazón se te sale del pecho, tienes ese brillo de felicidad en los ojos y es que tu sabes que él es especial.
Has conocido muchos chicos, que han pasado por tu vida sin dejar huella, pero él no, él te ha marcado y eres consciente de ello desde el instante en que tu mirada se cruzó con la suya.
Quizás tu no lo recuerdas bien, ¿En qué momento empezasteis a hablar?...¿Alguna copa de más aquella noche? Pero el se acuerda de todo, de cada momento, de cada palabra...Tú no te preocupes por lo que pudo pensar de ti, porque esta ahí, esperándote y tu te has hecho de rogar, llegas tarde, pero al verle y volver a cruzar tu mirada con la suya te acuerdas porque te marcó aquella noche, todo lo que te hizo sentir, todo en lo que te hizo pensar, las copas de más no te impiden recordar.
No sabes qué hacer, estás en una nube, todo es perfecto con él. Te gustaría parar el tiempo, capturar ese momento para siempre, cada hora con el se te pasa tan rápido, ojalá el tiempo fuera eterno. Disfrutas cada instante a su lado, pero es que nada es para siempre...Cuando menos te lo esperas es la hora, os teneis que ir, os decís adiós.
Vuelves a casa con una sonrisa incapaz de ocultar, la gente te mria por la calle, desprendes felicidad, ese chico te ha marcado y solo rezas para que todo salga bien.

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