"En un país multicolor, nació una abeja bajo el sol...Y fue famosa en el lugar, por su alegría y su humildad...Y a la pequeña abeja la llamaron Maya, la pequeña y dulce abeja Maya..."
Hay gente que se levanta dando gracias por su vida, pero no solo por las cosas buenas que le pasan, sino también por las malas, porque de todo se aprende, pero sin embargo, hay gente que no da valor a la vida, no aprecia el precioso regalo que a modo de tesoro, un día Dios nos quiso dar y deciden no aceptarlo, dando ese tesoro de regalo a la tierra...
Que en polvo nos convertiremos, eso está claro, comidos por gusanos o esparcidos como se esparce el polen en primavera, dando lugar a hermosas flores. Pero no debe ser decisión nuestra cuando ocurrirá eso.
Es fácil pensar que como a ti todo te va bien en la vida, con alti-bajos o no, pero alegrándole a todo el mundo el día con tu mejor sonrisa e intentando hacer del mundo un sitio mejor, a nadie le puede ir mal, pero te equivocas.
Nunca te sueles parar a pensar en los problemas que puedan tener los demás, porque, ¿Para qué? ¡Bastantes tienes con los tuyos! Ya se complica tu vida suficiente, como para que vengan otros a complicártela más. Hasta que un día, resulta que te ves involucrado en los problemas de otros y resulta que sin darte cuenta, te has tirado de bomba a una piscina sin agua, dándote un gran golpe, del que no sabes como recuperarte.
Sí, te sacan de la piscina, pero...¿Cómo? De todo golpe siempre quedan secuelas. Cada acción mal jugada, cada paso en falso, es el estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Intentas ayudar a esa persona que aún no entiendes porqué no valora su precioso tesoro, hasta tú lo valoras más. Pero no siempre tu ayuda es suficiente, si esa persona no se quiere ayudar a sí misma, tú por mucho que quieras tampoco podrás.
El sentimiento de culpa te puede, te reconcome por dentro y no te deja dormir, ya no sabes qué hacer. Buscas consejo en los demás y aunque intentan darte sus mejores respuestas y consejos, no es suficiente, te sigues sintiendo sola, hundida en la piscina sin agua, ves muy lejos las escaleras y aunque intentas salir a saltos, no eres capaz.
¿Resultado...? Está por ver...
Hay gente que se levanta dando gracias por su vida, pero no solo por las cosas buenas que le pasan, sino también por las malas, porque de todo se aprende, pero sin embargo, hay gente que no da valor a la vida, no aprecia el precioso regalo que a modo de tesoro, un día Dios nos quiso dar y deciden no aceptarlo, dando ese tesoro de regalo a la tierra...
Que en polvo nos convertiremos, eso está claro, comidos por gusanos o esparcidos como se esparce el polen en primavera, dando lugar a hermosas flores. Pero no debe ser decisión nuestra cuando ocurrirá eso.
Es fácil pensar que como a ti todo te va bien en la vida, con alti-bajos o no, pero alegrándole a todo el mundo el día con tu mejor sonrisa e intentando hacer del mundo un sitio mejor, a nadie le puede ir mal, pero te equivocas.
Nunca te sueles parar a pensar en los problemas que puedan tener los demás, porque, ¿Para qué? ¡Bastantes tienes con los tuyos! Ya se complica tu vida suficiente, como para que vengan otros a complicártela más. Hasta que un día, resulta que te ves involucrado en los problemas de otros y resulta que sin darte cuenta, te has tirado de bomba a una piscina sin agua, dándote un gran golpe, del que no sabes como recuperarte.
Sí, te sacan de la piscina, pero...¿Cómo? De todo golpe siempre quedan secuelas. Cada acción mal jugada, cada paso en falso, es el estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Intentas ayudar a esa persona que aún no entiendes porqué no valora su precioso tesoro, hasta tú lo valoras más. Pero no siempre tu ayuda es suficiente, si esa persona no se quiere ayudar a sí misma, tú por mucho que quieras tampoco podrás.
El sentimiento de culpa te puede, te reconcome por dentro y no te deja dormir, ya no sabes qué hacer. Buscas consejo en los demás y aunque intentan darte sus mejores respuestas y consejos, no es suficiente, te sigues sintiendo sola, hundida en la piscina sin agua, ves muy lejos las escaleras y aunque intentas salir a saltos, no eres capaz.
¿Resultado...? Está por ver...
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