martes, 19 de octubre de 2010

Mi facultad

Quisiera describir el sitio donde más horas al día paso, ese sitio donde nunca quiero ir, de donde es imposible salir feliz, sí, hablo de mi facultad, la tengo taaaanto cariño...
Algunos lo llaman "La cárcel" y nunca mejor dicho, si te fijas, mires por donde mires, son todo barrotes... Dan una imagen pésima al edificio, que si lo comparas con los que hay alrededor, deja mucho que desear. Unos se enorgullecen teniendo un caballo y unos pequeños jardines para poder hacer bien las quedadas para beber, otros tienen edificios super modernos con las últimas tecnologías... Pues nosotros... ¡Nosotros tenemos barrotes! ¿Algún problema?
Nada más entrar puedes sentir el frío que transmite ese lugar...Espacios muy amplios, todo gris, colores feos para marcar las plantas, escaleras por todos lados, carteles colgando de a saber donde, escritos por paredes como actos de rebelión, colillas apuradas por los suelos de estudiantes agobiados, restos de comida en cada esquina, en fin, es lo menos parecido a un lugar para el perfecto estudio.
Pero me adentraré más en la parte que de verdad me afecta, las clases... Hablo de la mía de este año, puesto que tampoco es que haya visto demasiadas más... Si la comparo con la del año pasado, es como una cámara de gas para judíos (no quiero herir la sensibilidad de nadie), mucha gente, poco espacio, mesas incómodas, micrófonos que no se escuchan y pintadas... Yo creo que no quieren que vayamos a clase o algo así, si no, de verdad que no lo entiendo. Entiendo que los presupuestos que destinan a las Universidades públicas, sean tan bajos, que ni pueden pagar a veces buenos profesores; pero algunas veces, hay cosas que ya es demasiado... Agujeros en el techo, calefacciones que no funcionan, baños siempre averiados, puertas que no abren, ascensores que no suben... Pero todas esas clases de cosas que hacen que sea una facultad maravillosa.

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