jueves, 9 de septiembre de 2010

7

Caminando por un equilibro frágil, que se puede romper si no mantienes la compostura y una vez roto, ya no queda nada más, ni tampoco hay vuelta a atrás... En la cuerda floja, viendo como todo a tu alrededor se te queda grande y tu te vas haciendo cada vez más pequeño.
Y ahora es cuando me pregunto dónde estaba Dios cuando más le necesitaba. Siempre pensé que velaba por mi y aquellos que me importaban y mira que nunca suelo pedirle cosas, nunca quise abusar pidiendo tonterías; pero para una vez que le pido algo... Solo escuché el silencio, mis palabras se quedaron vacías y hacían eco mientras se perdían retumbando por el universo... No hay respuestas, no hay ayuda, ya no queda nada... Un último suspiro y adiós...
Intento mirar qué es lo que queda... Pero no queda nada. Está todo vacío, silencioso, ni siquiera corre el aire en aquél rincón... No queda resto alguno de todo lo que algún día hubo...
En mi cabeza sigo con esa imagen, con esa sensación, con ese recuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario