Hoy soñé contigo, no me acuerdo el qué, pero me desperté con una gran sonrisa y no encuentro otro motivo por el que sonreír a día de hoy.
No entiendo el cómo, ni el cuándo, ni el porqué...Pero has llegado como quien llega a una cola y espera su turno, poco a poco has conseguido llegar a la entrada. Has sabido ser paciente conmigo, me has escuchado, entendido y ayudado con cada tontería que se me ha pasado por la cabeza. Siempre te dije que era una chica difícil de entender, que no ponía las cosas fáciles y en ningún momento perdiste los papeles conmigo y mira que te he dado mil y un motivos...Supe que había algo especial desde la primera vez que hablé contigo, pero quizás no supe valorarlo desde el principio.
Ando desconcertada, todo me recuerda a ti...En cada conversación sale algo que me hace acordarme de ti...Un lugar, un peluche, una palabra, hasta un color...
Tu decías que no me hiciera líos, que las cosas eran como eran y que nunca cambiarían, que no deberían cambiar...Te olvidaste del mundo de locos en el que vivimos, viniste a ser tu quien me dijera que porque no dábamos la vuelta al mundo en un barco de papel, mientras bailábamos dando saltos bajo la lluvia...
No es tenerte lejos o cerca lo que me preocupa, ni hablar más o menos contigo todos los días viendo el sol despertar...Sino saber si estás bien, como te encuentras, qué piensas, si te acuerdas de mi...
Y ahora acercarte, dame un beso, no pienses en nada más...Abrázame...¡
Que yo te pondré el mundo a tus pies!
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