jueves, 15 de julio de 2010

Eso es.

Es el horizonte.
Es la lejanía.
Es ver el atardecer tumbado en una hamaca.
Es mirar una foto con melancolía.
Es echar de menos, extrañar a quien más quieres.
Es ver la cima de una montaña y saber que puedes tocarla.
Es poder ir y volver.
Es ser capaz de recordar, pero también de olvidar.
Es imaginar que dibujarán las nubes cuando te apetezca soñar.
Es pensar porqué los pájaros vuelan en círculo y no se cansan.
Es descubrir que tras cada puerta que cierras, se abre otra.
Es dar pasos en falso sin caer al vacío.
Es aprender de cada error.
Es crear un paisaje en tu mente, abrir la ventana y ver que es realidad.
Es girar por el mundo como giran los girasoles.
Es respirar y sentirse vivo por dentro.
Es probar cosas nuevas.
Es descubrir un nuevo mundo cada vez que te despiertas.
Es mirar al cielo y acordarse de los que ya no están.
Es suponer que después de la vida hay algo más.
Es esperar un tren en una estación vacía.
Es vestirse cada mañana pensando que hoy sí que será tu día.
Es escuchar de lejos las campanas de una iglesia.
Es ver a alguien nacer y crecer.
Es aprender de cada pequeña cosa.
Es llorar por algo triste y sonreír cuando alguien te hace feliz.
Es dar un abrazo y sentir latir el corazón de la otra persona.
Es sentir pasión cuando besas.
Es darse cuenta de que tampoco necesitas tanto...

¿Y tú me preguntabas qué es la vida?...
¡Es lo que tú quieras que sea!

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