No encuentro el sentido a quedarme mirando el teléfono esperando a que me llames, a esperar que te conectes y poder hablar...A pasar las horas muertas hablando contigo del todo y de la nada. Que si tu quitas el freno, nos embalamos y caemos rodando, abrazados, sin perder el sentido en ningún momento.
Me siento como una estúpida, como una niñita a la que se le acaba la ilusión por seguir aquí, detrás de ti. Que los cuentos de hadas que yo creaba, donde te hacía sonreír y donde el tiempo no pasaba, no existen, que dejó de tener sentido el pensar en un NOSOTROS. Me mostré vulnerable, te enseñé mi propia caja de Pandora, mis secretos más ocultos, esos que nadie antes jamás supo. Y es irónico, ¿cómo pude abrirme tanto?.
Pero escuchame un momento, me he pasado unos días dándole vueltas a las cosas, pero ahora ya no me arrepiento. ¿Porqué ocultarte lo que pienso y lo que siento? Ahora que no estás a mi lado ya no tiene sentido esconderme. Que después de verano, Dios dirá...
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