jueves, 24 de junio de 2010

Por el día a día

Porque si el mundo se acaba, no pasa nada, voy de sobrada...
He vivido y bebido, he disfrutado y he jugado, he probado la fruta prohibida y que no está maldita, me ha dado tiempo de saborearla y ahora que ando aburrida, que más da si todo se acaba mañana.
No rectifico, no echo la vista atrás entre arrepentimiento y arrepentimiento, ¡A lo hecho, pecho!...Que si hago algo, lo hago porque quiero, ¿Que no lo hago?, pues bueno, tampoco me ha dado la gana y no me da desgana...No estamos en momento de dar explicaciones a nadie...¡Acabáramos!
Orgullosa de lo que soy, de dónde soy, de a dónde voy y de todas esas pequeñas cosas que hacen mi vida completa. Entre un motivo y otro me despierto cada mañana con una sonrisa, pensando que si se acaba todo, no tendría nada de lo que lamentarme (si es que aún quedase tiempo para ello...).
¿Qué se puede pedir en esta vida? Estoy conforme con lo que tengo. Quizás no siempre he tenido claro lo que quería, pero mejor tarde que nunca. Gracias a esas personas que están ahí en el día a día, te despiertas una mañana viendo que tu vida no es tan lamentable como a veces tu crees, que no por ahogar penas en alcohol tienes más miserias; que la vida vale mucho, te lo hacen ver. Tener claras las cosas en esta vida es lo que te hace ir abriendo puertas de par en par, pero si no las tienes claras, tampoco te hundas, esas mismas personas te las abrirán.
¿Positivismo? Si existe genial, yo soy más realista, que no lista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario