sábado, 19 de noviembre de 2016

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Me gusta levantarme cada mañana y recordar lo bonito de mis sueños, o incluso cuando no los recuerdo, me gusta porque me despierto tranquila.
Sin embargo, muchas veces me levanto alterada, angustiada, nerviosa, con ganas de llorar y gritar por las pesadillas que he tenido.
Me gusta pensar que son pesadillas... pero en realidad son todo recuerdos...
Han pasado los años y hay cosas de las que no me olvido, por desgracia. Lo he intentado, día y noche, hacer como si nunca hubiera ocurrido nada, fingir que todo fue "perfecto"... pero cuanto más trato de engañarme a mí misma por olvidar, más daño me hacen los recuerdos.
Quizás primero tendría que aceptar que ocurrió todo aquello, asumirlo de una vez por todas y desde luego no culparme ni seguir buscando explicaciones, porque no las hay.
Al final es un capítulo más de mi vida que siempre estará presente, que marcó una época y me dejó marcada a mi para siempre.
A veces me gustaría poder volver atrás, ser más lista, no permitir todo lo que pasó...

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